viernes, 15 de noviembre de 2024

CSI DANA


Antes de ser gran Ejecutivo en una empresa de renovables, mi amigo José Luis trabajó en el mundo aeronáutico.  Le costó sacar la carrera unos años porque en su juventud le gustaban casi más las chicas que la aeronáutica.  Pero una vez centrado es el ingeniero más inteligente y con más capacidad de trabajo que he conocido, siempre caminaba tres preguntas por delante de donde tú estabas; y encima capaz de compaginarlo con una familia y unos hobbies normales.

En lo que estaba, José Luis trabajaba para la compañía aérea más importante de Europa y su trabajo era investigar accidentes e incidentes.  Vivía en Basilea, junto al EuroAirport y tenía que estar disponible las 24 horas del día los 365 días del año.  Un avión de la compañía, para él y su equipo, les llevaba en horas al lugar del siniestro o del percance en cualquier lugar del mundo.  Eran los CSI de los aviones, se podían pasar en el lugar del accidente desde unas horas a unos meses, y sus informes (que extraoficialmente pude ver alguno) era lo más exhaustivo, imparcial, profesional, meticuloso y exacto que un profesional pueda imaginar, informes que no daban lugar a la interpretación, claros y concisos, breves no, evidentemente.

Decía José Luis que esos informes eran la piedra angular de la mejora y evolución de toda la aeronáutica en general y de su compañía en particular.  Sólo en los errores estaba la capacidad de evaluación de los sistemas y posible mejora.  Comentaba siempre que en situaciones normales no se aprende absolutamente nada, que en los accidentes o en situaciones críticas es donde se tensan todos los comportamientos humanos, técnicos y materiales y se puede empezar a comprender dónde están los límites.

Acabo de hablar con José Luis, ya casi jubilado, está en esa etapa de desconexión progresiva de las responsabilidades y dispone de bastante tiempo para pensar.  Me dice que el desastre de la Dana de Valencia es una oportunidad de oro para evaluar y analizar cómo están funcionando las cosas en este país.  Que si fuésemos medianamente serios un equipo experto en catástrofes, neutral, profesional, probablemente de otro país y manteniendo alejados a los políticos y sus palmeros, formarían el auténtico comité de sabios que redactarían un informe “REAL”, (lo pongo en mayúsculas y entrecomillado porque ha repetido la palabra REAL más de 10 veces), de qué ha fallado y qué se debe mejorar.  Insiste en que la única parte positiva de una catástrofe es lo que se puede aprender de ella, sin complejos, poner blanco sobre negro.

Esto fue ayer, hoy en el viaje de regreso me voy poniendo al día de cómo está la situación por Valencia intentado saber qué ha pasado, porqué ha pasado, y si puede volver a pasar. No tengo nada claro, bueno sí, lo que tengo claro es que no se va a investigar, o si se investiga cada partido hará su informe para satisfacer a su público y llegarán a conclusiones diferentes y evidentemente contrapuestas.

Como ciudadano me queda un sabor agridulce con estas desgracias, por un lado sale siempre a relucir la solidaridad de un pueblo con sus semejantes, de los actos heroicos del personal de salvamento que actúan como lo que son, como héroes; pero por otro, además de las víctimas me sabe muy mal que a los políticos y sus adláteres no les importe la verdad, ni la realidad, ni la mejora del Estado; sólo librar su culo y si es posible de paso enmierdárselo al oponente del otro partido.

Acaba de anunciar Mazón la creación de una comisión de investigación, en breve el Gobierno nombrará otra, cada una con sus expertos, tranquilos, todo va según el guión previsto.  Lástima no poder aprender nada de tanta desgracia.

SENIOR RIOJANO.

sábado, 9 de noviembre de 2024

EXCUSAS POLITICAS


Mucho, creo que demasiado, se está escribiendo sobre el desastre de Valencia, y mucho, creo que demasiado, estoy recordando una anécdota laboral de hace muchos años.

Me embarqué en un proyecto largo y complicado de año y medio de trabajo “a full” de todo el equipo, con revisiones mensuales de los hitos acordados con la parte contratante y penalizaciones por los retrasos; un reto en el más amplio sentido de la palabra. El kick-off fue una comida de buena voluntad de colaboración por ambas partes.  Ya en el café, el gran Jefe de mis clientes me preguntó sin esperar respuesta:

- Hay dos tipos de hombres, los que cumplen y los que ponen excusas. Veremos de cuál eres.

Esta anécdota que suelo contar repetidamente en las cenas como el viejo abuelo cebolleta que soy cada vez que tengo oportunidad a las nuevas generaciones, es la que lleva toda la semana rondándome la cabeza al hilo de las riadas y todo lo dicho por nuestra querida clase política.

En la calma chica del océano no eres capaz de distinguir entre un buen o un mal capitán de velero, pero cuando estás dentro de una tormenta hasta el más inexperto sabe si el que lleva el mando es de fiar o no.  Esta última Dana no nos ha descubierto nada nuevo, sólo ha reafirmado lo que todos sabemos y aceptamos como normal, por lo que tampoco entiendo esas caras de susto por la nefasta gestión que están haciendo.  Elegir a dedo y no por méritos cargos de tantísima responsabilidad es lo que tiene, que todo va bien hasta que deja de ir bien.  Bomberos, Ejército, cualquier FCSE o servicio de Emergencias son profesionales, que cobran y que cada día se preparan para hacer su trabajo a la perfección que es salvar y proteger vidas; nos emociona ver sus actuaciones jugándose el tipo por encima de lo esperado.  A todos estos los considero yo del grupo de los que cumplen, siempre cumplen, hacen lo que hay que hacer cuando hay que hacer, punto.  Y luego están “los otros” profesionales, los que sólo cobran y han llegado al puesto por amiguismo sin la más mínima preparación ni ganas de prepararse; a todos estas joyitas los meto en el grupo de los que sólo ponen excusas. Es alucinante como eluden cualquier responsabilidad, estos no se juegan la vida como los anteriores, estos se esconden, son cobardes.

El ciudadano de a pie, independientemente de a quién vote, o incluso si no vota; además de revolvérsele las tripas y quejarse amargamente al viento poco más puede hacer.  Que sí, que todos tenemos la libertad de crearnos un partido y presentarnos y cambiar el mundo; sí, lo sé, conocemos muchos casos, pero es que nos da la risa para hacerlo.

Lo peor de todo es que no se atisba un cambio en el funcionamiento de los partidos y la política en general.  Que seguirá habiendo funcionarios del Estado que nos salven y seguirá habiendo políticos que nos enfrenten y nos hundan.  Esto ya no se puede cambiar desde fuera, porque da igual al partido que votes o simpatices, el funcionamiento interno es exactamente el mismo en todos los casos.  El afiliado debe ser ciego, sordo, tonto y mudo; leerse cada mañana el argumentario y hacer de altavoz en su grupo de influencia, así, con un poco de suerte y peloteo podrás acceder a un puestito aunque sea de bedel en algún chiringuito creado al efecto de agencia de colocación para colegas.  Pero mucho cuidado en cuestionar nada del partido, ni a quién ponen o quitan, o a qué asesores eligen, o si lo hacen bien o mal, o si son buenas o malas políticas para el ciudadano; a la mínima discrepancia o aportación discordante estás fuera y si no tienes ni oficio ni beneficio ya sabes que ahí afuera hace mucho frío y hay familia más vicios que mantener.

Al principio de la democracia pensaba que estar afiliado a un partido era participar de la vida política de un país, de poder contribuir con tu conocimiento, tu trabajo o tus ideas a mejorar la vida de tus vecinos por encima de los colores. Nada más lejos de la realidad.

Un afiliado es como un testigo de Jehová, evangelizando tocando timbres; da igual que intentes razonar con ellos, se han aprendido el argumentario y de ahí no los sacas.

Repito mi frase de la semana: “Hay dos tipos de hombres, los que cumplen y los que ponen excusas”.

Y cada marea borra y hace olvidar cada huella, cada palabra escrita en la arena, y una y otra vez repetimos las mismas pisadas.

SENIOR RIOJANO

miércoles, 30 de octubre de 2024

Danas e Inconsciencias


Sobrecogidos por la muerte y destrucción de la última Dana en la costa levantina, tal vez sea el momento de además de lamentar semejante desastre e intentar ayudar en lo que se pueda, pararse a analizar dónde estamos y qué nos puede suceder en el corto-medio plazo.

De chavales nos enseñaron que el Turia, Júcar, Segura y Almanzora tenían estiajes tan fuertes que pasaban la mayor parte del año secos.  Sus desembocaduras se podían mover varios kilómetros de un año para otro, que las lluvias solían ser torrenciales provocando riadas que arrasaban hasta el mar todo lo que estuviese en su cauce.  La falta de arbolado y los montes próximos acentuaban estos fenómenos ya descritos, y escritos, por los Romanos cuando dominaban la Península.  Por estas enseñanzas de la infancia si algo me ha llamado siempre la atención de la costa mediterránea es como se han empeñado en construir bloques de viviendas creando muros de contención paralelos a la costa, por maximizar beneficios se olvidaron del enemigo principal de toda construcción: el agua.

Independientemente que nos creamos o no lo que se escribe sobre el cambio climático está asegurado por la historia que cada cierto número de años tenemos descargas de aguas torrenciales por encima de 100 litros/m2 en una hora, y si fuésemos sensatos y se legislase para proteger al ciudadano todo plan urbanístico debiera tener en cuenta y prever estas lluvias torrenciales que tarde o temprano llegan.

Dicho esto, SXXI, tiempo de la informática y la IA, ¿qué sucedería en La Rioja ante una descargas de agua de estas características?  (Aparte de acusarse recíprocamente entre todos los partidos y todos los políticos culpando siempre al otro).  Pues sólo hay que echar un vistazo al mapa de zonas inundables de La Rioja y ver qué hay en los cauces de los ríos, tanto el Ebro como eje principal como sus siete afluentes Riojanos que descargan hacia el valle en unas horas todo el agua que cae en la Sierra.

No me cabe la menor duda que la CHE, Consejerías y Ayuntamientos están intentando poner un poco de orden en construcciones nuevas impidiendo incluso la construcción de muretes de vallado, pero si miramos en detalle el mapa tenemos los cauces de los ríos y sus zonas inundables llenas de viviendas, legales o no, que en caso de una riada simplemente se las llevará por delante sin compasión, no hace falta que salgáis de casa, con Google Maps podéis verlo cómodamente desde el sofá.

Los de la capital os lleváis la palma, el Aeropuerto está en zona inundable, todas las instalaciones del Adarraga, Las Norias, La Plaza de Toros, El pozo cubillas, la Portalada, la Hípica; como en Haro, Briñas, Briones, Calahorra, Alfaro… que también tienen mucho en zona inundable.

Presas y embalses, a pesar de que tengan detractores, desde mi punto de vista es la única forma de laminar crecidas y aprovechar los recursos hídricos; sólo le veo ventajas a poder acumular agua en grandes cantidades.

Dado lo aficionados que somos en llamar caseta de aperos a chalets, balsa de riego a las piscinas y suelo urbanizable a los cauces secos; me gustaría que técnicos, no políticos, me cuenten qué pasaría si tenemos una Dana así.

SENIOR RIOJANO

lunes, 21 de octubre de 2024

Nada es gratis


Corría el año 92 del siglo pasado cuando acompañé a mi primer jefe a la visita de un proveedor estratégico con un par de plantas en la Alsacia, a uno y otro lado del Rhin.  Aparte de las visitas profesionales fuimos muy gentilmente tratados; coche con chófer para los traslados, Hotel 5 estrellas y despedida en un restaurante estrella Michelín. Ya de vuelta para España en el avión le dije:

-          - ¡Qué bien nos han tratado que nos han invitado a todo!

Entre sorprendido y enojado me suelta:

-           - “No te engañes, todo esto lo he pagado yo, va incluido en cada factura de cada compra que hago”

-           - “Nada es gratis y siempre lo paga el mismo” -añadió-

Cada vez que los Gobiernos nos invitan a algo no puedo por menos que recordar esta anécdota.  Papá Estado nos subvenciona casi todo, acoge inmigrantes, vamos a la cabeza del mundo en derechos sociales, en breve semanas de 35 horas, damos más derechos a los animales que a muchas personas de este planeta, tenemos la clase política más amplia e ineficiente de Europa, mantenemos muchos chiringuitos ……. Pero amigo, nada es gratis.

Te puedes creer que todo esto lo pagan los superricos, y vivirás feliz, pero insisto, no te engañes, como dijo mi primer jefe: “Nada es gratis y siempre paga el mismo”, puedes pensar que no pagas en metálico pero abre los ojos y mira a tu alrededor.

Sanidad colapsada, faltan profesores, justicia lenta e injusta, administración pública con el perenne cartel de “vuelva Vd mañana”, ahogados en burocracia, tu dinero cada vez vale menos, tu poder adquisitivo ha bajado muchos puntos, problemas de vivienda, de educación, religiosos, se paran los trenes,  aumenta la delincuencia, las violaciones, los delitos de odio, los robos, la deuda del Estado es cada vez mayor.  Esta es la factura que estás pagando por cada regalo que te hace el Estado, no es en Euros, pero es en especie, con cada deterioro de los servicios que admites estás pagando tu factura.  Creo que no hay que ser muy lince para percatarse del deterioro de los pilares básicos de nuestra, convivencia.  Pocos sectores productivos no están financiados/subvencionados desde el Estado, peligro.

Piensa; más deuda y peores servicios básicos. Esa es tu factura indirecta. Que irás pagando mientras con tu dinero cada vez compras menos cosas básicas, vivienda y alimentación incluida. Cada vez eres más pobre y no te enteras. Pareciera que estamos en la cena de Trimalción aparentando lo que no somos.

Acabaremos viviendo como los caballeros del S.XVII, de las apariencias, pero con más hambre que Dios talento.

SENIOR RIOJANO

martes, 15 de octubre de 2024

El suicida de la grúa de Maristas

La casualidad y una cita con mi abogado tuvieron la culpa de que ayer presenciase a una pequeña multitud esperando que un hombre desesperado saltase desde lo alto de una grúa de construcción en lo que era el viejo colegio de Maristas de Logroño.

Llegué en coche, que es como llegamos los de los pueblos que no pasa ni tren, ni autobús ni avión que conecte con la capital, porque con la bici nos pilla un poco a desmano.  La cita era en Calvo Sotelo, calle peatonal, muy limpia, muy bonita y todo lo que quieras pero a los de la Sierra que nos cuesta pagar por aparcar no nos gusta tanto, eso de ir al Parking del Ayuntamiento y acercarte caminando unos minutos nos molesta bastante.  A lo que iba, al enfilar Avda Colón desde la nueva estación ya veo que está cortada por la policía Local a la altura de Jorge Vigón, vale, rodeo por Vara del Rey y al Parking.

Según me acerco caminando por Juan XXIII oigo alguna sirena, bomberos, protección Civil, ambulancia, más policía; y a una persona paseando por el brazo de la grúa a (s/medios) 50 metros de altura al final de Calvo Sotelo.  Amenaza/avisa que se va a arrojar al vacío, hostias, la escena es sumamente desagradable y tensa, una persona medianamente joven a punto de quitarse la vida ante la mirada de los transeúntes/curiosos.  Lo que sucede sobre la grúa y de cómo actúan los bomberos hasta que logran que el sujeto baje está en los diarios y telediarios regionales, así que aprovechando que el destino me puso allí mientras esperaba a mi cita, que se retrasó previo aviso telefónico una hora más, eché un vistazo y perfilé a los asistentes mientras me desplazaba discretamente entre ellos. Presté gran atención a los tan diferentes comportamientos de las personas ante una posible misma tragedia.

Muchos se acercaban con cierta sonrisa y curiosidad a preguntar el motivo del corte de calles y seguido de ver la situación, mirada al suelo, media vuelta y a casa con cara de circunstancias.  Otros observaban desde una cierta distancia la potencial tragedia, sin móvil, con la cara tensa, sufriendo en cierta medida por la desgracia pero no pudiendo separar la mirada de la grúa, esperando lo que parecía inevitable en ese sentimiento masoquista tan humano de dolor-placer.  En frente de Maristas hay una academia, la policía dio orden de que no saliesen los niños y que no entrasen a clase los que estaban detrás de la cinta de corte policial. Varias veces el policía Local de turno avisó a las familias de que sus hijos estaban bien y saldrían acompañados por los profesores cuando pasase todo, que querían evitar que viesen la desgracia si esta sucedía, a las familias que llegaban con los niños y se quedaban viendo el espectáculo varias veces les dijo “no hay clase, son niños, yo me los llevaría de aquí, por Dios, son niños, no soy su padre, por favor, yo a los míos me los llevaría”.  Otras personas fundían sus baterías grabando en vídeo, no se querían perder el momento estelar si este sucedía. Algún gracioso hacía videoconferencia para mostrar a los colegas lo que estaba viendo en riguroso directo. También había risas con comentarios despectivos sobre su posible salud mental, estado etílico o creencia religiosa. Otros se marchaban renegando por haber estado allí hora y media “para nada”. Una mujer de mediana edad sólo miraba con rictus marmoleo y corazón compungido, entre dientes rezaba con las manos cruzadas sobre el pecho y de vez en cuando besaba una cruz de plata que llevaba en su collar.  Los vecinos apenas se asomaban por las ventanas, solo alguna mirada de vez en cuando a través de las cortinas, a hurtadillas, no era obligatorio mirar, la gente avisaría con sus gritos si se precipitaba por fin al vacío.

Hoy ya nadie se acuerda del lado humano, de la persona dentro del cuerpo que ayer se paseaba por el brazo de la grúa no sé si desafiando o buscando la muerte. Pero hoy es el día, sí, hoy es el día de hacernos preguntas, de preguntar porqué, porqué y porqué. De saber si estamos dando los tratamientos y la atención adecuada a los enfermos mentales, si en el trabajo estamos estresando y presionando hasta la desesperación de tener que tomar ansiolíticos, tranquilizantes o antidepresivos para poder sobrevivir.  Hoy es el día de preguntarnos qué le llevó a subirse a la grúa y cuántos más hay en situaciones límite similares por problemas internos o externos.  Sólo los especialistas tienen datos fidedignos de suicidios o intentos de suicidio; es un tema demasiado serio para tomarlo a la ligera. Hacer fotos o videos para compartir por Whatsapp para alimentar el morbo o la estupidez humana no soluciona nada.

Dicen que no hay que legislar o tomar medidas en caliente, estoy en contra, hoy es el día de trabajar, de investigar de dedicar medios humanos y económicos en poner remedio a estas situaciones.  No te doy el dato, búscalo, investiga cuántos suicidios hay en España, la franja de edad y los motivos; busca, clasifica, prioriza y luego piensa dónde van tus impuestos.

Mi abogado vino, solucionamos nuestros temas y me fui a dormir al pueblo, en coche no en bici, con la boca seca y la cabeza caliente.

SENIOR RIOJANO

 

 

lunes, 7 de octubre de 2024

Quijotes de Casco Viejo


Cartel Agrupación Todo al Rojo - Foto:Óscar Solorzano

Cíclicamente aparecen por la sierra urbanitas que vienen a iniciar el idílico modo de vida rural tras haber estado durante toda su vida en una ciudad. No suelen durar más de dos inviernos que es el tiempo mínimo necesario para darse cuenta que no van a cambiar el mundo y que han venido a un ecosistema con reglas propias no escritas pero con bastante más peso que las normas legales.  No son capaces de entender lo que ya en el siglo IV decían los habitantes del Imperio: “Cuando vayas a Roma vive como un romano”.

Los primeros meses en un pueblo o aldea de los nuevos inquilinos son frenéticos, piden cajeros automáticos, mejora en las comunicaciones, nuevas antenas de telefonía, wifi gratis en todo el pueblo, nuevo centro de salud, colegio, centro social, biblioteca, les gusta crear alguna asociación de amigos para “dinamizar”; pero al mismo tiempo no paran de quejarse e incluso intermediar alguna denuncia contra vecinos por usar cámaras de vigilancia, asar chuletas en la calle, tener gallos que cantan al alba, dejar sueltos a los perros, gatos vacas y potros, hacer leña con motosierra el domingo por la mañana, por la matanza o prensar vino en vías públicas entre otras muchas cosas para las que seguramente existan leyes que respalden dichas denuncias.  Cada ecosistema es como es y pretender cambiarlo se me antoja entre complicado e imposible, por eso, con la inteligencia que Dios nos ha dado y toda la información existente debemos elegir con sumo cuidado el lugar donde queremos vivir y adaptarnos lo más rápido posible.

Esto viene a colación de las quejas diarias que los vecinos del casco viejo de Logroño inundan mi X (antiguo Twitter) con lamentos por meadas, ruidos, olor e inseguridad.  Me recuerdan mucho a esos urbanitas que mencionaba anteriormente apareciendo por la aldea queriendo cambiar nuestro hábitat con la ley en la mano, la razón y las multas a diestro y siniestro.  Pues sintiéndolo mucho por ellos (los unos y los otros) no creo que lo logren porque entre otras cosas son minoría, no le importan a nadie, generan cero euros de beneficio en metálico y el ecosistema ya era así antes de que ellos llegasen; en teoría, nada ha cambiado, nadie te ha engañado excepto tú a tí mismo.

Cuando pasas un paso de cebra tienes la ley de tu mano, pero te aconsejo que mires a los lados; con las quejas de los vecinos del casco antiguo pasa lo mismo, sí, tenéis la ley de vuestro lado pero ya es hora que aprendáis que la administración nunca pierde, tiene recursos ilimitados para pleitear hasta el infinito y más allá, sin entrar en que la Justicia tal vez tenga cierta predisposición hacia quien los pone y les paga el sueldo que hacia unos vecinos particulares con capacidad cero de presión.  Por eso, como en el paso de cebra, mejor mirar antes de pasar por si nos atropella un autobús urbano.

Ni me molestan los bares ni me molestan los vecinos y cada uno es libre de dedicar su tiempo, su esfuerzo y su dinero a defender lo que crea que debe de defender; faltaría más.  Cierto es que leo X y siento esa amargura de ver luchar a los vecinos cuando saben perfectamente que ganarán alguna batallita pero que la guerra la tienen perdida de antemano, no se puede luchar contra los elementos.

No entiendo quien viene al pueblo exigiendo colegio nuevo, ni entiendo quien busca un remanso de tranquilidad en el casco viejo.  Ambas posturas son respetables pero irreconciliables en sí mismas.  Si quieres bañarte cada día en el mar vete a vivir a la Costa, si quieres vivir entre hayas ven a la Sierra, y si quieres un hogar tranquilo dentro de Logroño mejor en la calle Calvo Sotelo que en la Plaza San Agustín.

Desde el pueblo os deseo lo mejor a todos los stakeholders del Casco Viejo: Vecinos, Asociaciones, Ayuntamiento, heladeros, AT, hoteles, pensiones, bares, restaurantes, ciclistas, peatones y trabajadores.

¡Fuerza a todos! Se os quiere.

SENIOR RIOJANO



domingo, 29 de septiembre de 2024

Solución al problema de vivienda


No hay duda que adquirir una vivienda en propiedad cada día es más complicado para el ciudadano.

Todo apunta a que intermediarios, empresarios y especuladores se enriquecen con este negocio de un bien de primera necesidad, mientras por otro lado el mundo laboral crea situaciones de semiesclavitud o mera supervivencia sin posibilidad de tener los ingresos necesarios para el acceso a una vivienda mejor que la de tus padres.

Sin entrar en más detalles del origen del problema que para ello ya disponemos de millones de expertos, entro directamente en la solución.

Se llama Cooperativa.

Ni el nombre ni el invento son nuevos y mucho me extraña que con la actual coyuntura socio-económica no sea más frecuente su existencia. Una cooperativa de viviendas es la unión de ciudadanos con una misma necesidad y un mismo objetivo, poseer una casa donde poder formar una familia y llevar una vida digna. Los socios son los promotores de su construcción.

Es muy sencillo y eficaz a la vez.

Una vez juntados todos los interesados se forma la sociedad, evidentemente sin ánimo de lucro, con la que ya pueden actuar legalmente.  Con las facilidades que tenemos para crear empresas este paso es sencillo y barato, según nuestros gobernantes.

Hay que buscar el terreno donde queramos construir, comprarlo, y ya podemos empezar a edificar nuestra casa.  Como es una sociedad democrática y transparente cada socio aportará sus ideas al grupo hasta llegar a acuerdos consensuados.

Los trámites legales con el ayuntamiento, la Comunidad, la CHE, gestión aeroportuaria y demás, son muy sencillos y baratos siempre pensados en facilitar los trámites; proyectos, licencias, permisos, comunicaciones y normativas a seguir de todo tipo también son muy concretas y fáciles de hacer.

Una vez resuelto el papeleo, y pagado todos los impuestos, tasas, cánones y cedida la parte de suelo correspondiente al ayuntamiento toca la contratación de los distintos gremios de encofradores, caravisteros, escayolistas, fontaneros, electricistas, pintores, carpinteros, etc etc. Somos modernos, no vamos a pagar salario de convenio, siempre salarios dignos, trabajar 30 ó 35 horas a la semana, horas extras prohibidas y posibilidad de horarios de conciliación, porque trabajar menos horas siempre es más productivo.

En cuanto a materiales, todo nacional y de calidad, nada importado de China o similares. Dado que no hay intermediarios por el mismo precio podemos mejorar las calidades.

Una vez acabada la obra se hacen los últimos trámites de legalización de las instalaciones, células de habitabilidad, garantías y escrituras particulares.

De esta forma tendremos nuestra vivienda a precio de coste y hemos evitado las indecentes ganancias de promotores e intermediarios.

Ser promotor de tu vivienda, un plan sin fisuras.

** Como consejo, antes de ser promotor consulta con un experto para que te oriente sobre el precio final y sobre todo el plazo de ejecución de tu soñada vivienda.  Y que te ponga en un excel dónde va cada Euro que inviertas.

SENIOR RIOJANO