lunes, 7 de octubre de 2024

Quijotes de Casco Viejo


Cartel Agrupación Todo al Rojo - Foto:Óscar Solorzano

Cíclicamente aparecen por la sierra urbanitas que vienen a iniciar el idílico modo de vida rural tras haber estado durante toda su vida en una ciudad. No suelen durar más de dos inviernos que es el tiempo mínimo necesario para darse cuenta que no van a cambiar el mundo y que han venido a un ecosistema con reglas propias no escritas pero con bastante más peso que las normas legales.  No son capaces de entender lo que ya en el siglo IV decían los habitantes del Imperio: “Cuando vayas a Roma vive como un romano”.

Los primeros meses en un pueblo o aldea de los nuevos inquilinos son frenéticos, piden cajeros automáticos, mejora en las comunicaciones, nuevas antenas de telefonía, wifi gratis en todo el pueblo, nuevo centro de salud, colegio, centro social, biblioteca, les gusta crear alguna asociación de amigos para “dinamizar”; pero al mismo tiempo no paran de quejarse e incluso intermediar alguna denuncia contra vecinos por usar cámaras de vigilancia, asar chuletas en la calle, tener gallos que cantan al alba, dejar sueltos a los perros, gatos vacas y potros, hacer leña con motosierra el domingo por la mañana, por la matanza o prensar vino en vías públicas entre otras muchas cosas para las que seguramente existan leyes que respalden dichas denuncias.  Cada ecosistema es como es y pretender cambiarlo se me antoja entre complicado e imposible, por eso, con la inteligencia que Dios nos ha dado y toda la información existente debemos elegir con sumo cuidado el lugar donde queremos vivir y adaptarnos lo más rápido posible.

Esto viene a colación de las quejas diarias que los vecinos del casco viejo de Logroño inundan mi X (antiguo Twitter) con lamentos por meadas, ruidos, olor e inseguridad.  Me recuerdan mucho a esos urbanitas que mencionaba anteriormente apareciendo por la aldea queriendo cambiar nuestro hábitat con la ley en la mano, la razón y las multas a diestro y siniestro.  Pues sintiéndolo mucho por ellos (los unos y los otros) no creo que lo logren porque entre otras cosas son minoría, no le importan a nadie, generan cero euros de beneficio en metálico y el ecosistema ya era así antes de que ellos llegasen; en teoría, nada ha cambiado, nadie te ha engañado excepto tú a tí mismo.

Cuando pasas un paso de cebra tienes la ley de tu mano, pero te aconsejo que mires a los lados; con las quejas de los vecinos del casco antiguo pasa lo mismo, sí, tenéis la ley de vuestro lado pero ya es hora que aprendáis que la administración nunca pierde, tiene recursos ilimitados para pleitear hasta el infinito y más allá, sin entrar en que la Justicia tal vez tenga cierta predisposición hacia quien los pone y les paga el sueldo que hacia unos vecinos particulares con capacidad cero de presión.  Por eso, como en el paso de cebra, mejor mirar antes de pasar por si nos atropella un autobús urbano.

Ni me molestan los bares ni me molestan los vecinos y cada uno es libre de dedicar su tiempo, su esfuerzo y su dinero a defender lo que crea que debe de defender; faltaría más.  Cierto es que leo X y siento esa amargura de ver luchar a los vecinos cuando saben perfectamente que ganarán alguna batallita pero que la guerra la tienen perdida de antemano, no se puede luchar contra los elementos.

No entiendo quien viene al pueblo exigiendo colegio nuevo, ni entiendo quien busca un remanso de tranquilidad en el casco viejo.  Ambas posturas son respetables pero irreconciliables en sí mismas.  Si quieres bañarte cada día en el mar vete a vivir a la Costa, si quieres vivir entre hayas ven a la Sierra, y si quieres un hogar tranquilo dentro de Logroño mejor en la calle Calvo Sotelo que en la Plaza San Agustín.

Desde el pueblo os deseo lo mejor a todos los stakeholders del Casco Viejo: Vecinos, Asociaciones, Ayuntamiento, heladeros, AT, hoteles, pensiones, bares, restaurantes, ciclistas, peatones y trabajadores.

¡Fuerza a todos! Se os quiere.

SENIOR RIOJANO



No hay comentarios:

Publicar un comentario