miércoles, 30 de octubre de 2024

Danas e Inconsciencias


Sobrecogidos por la muerte y destrucción de la última Dana en la costa levantina, tal vez sea el momento de además de lamentar semejante desastre e intentar ayudar en lo que se pueda, pararse a analizar dónde estamos y qué nos puede suceder en el corto-medio plazo.

De chavales nos enseñaron que el Turia, Júcar, Segura y Almanzora tenían estiajes tan fuertes que pasaban la mayor parte del año secos.  Sus desembocaduras se podían mover varios kilómetros de un año para otro, que las lluvias solían ser torrenciales provocando riadas que arrasaban hasta el mar todo lo que estuviese en su cauce.  La falta de arbolado y los montes próximos acentuaban estos fenómenos ya descritos, y escritos, por los Romanos cuando dominaban la Península.  Por estas enseñanzas de la infancia si algo me ha llamado siempre la atención de la costa mediterránea es como se han empeñado en construir bloques de viviendas creando muros de contención paralelos a la costa, por maximizar beneficios se olvidaron del enemigo principal de toda construcción: el agua.

Independientemente que nos creamos o no lo que se escribe sobre el cambio climático está asegurado por la historia que cada cierto número de años tenemos descargas de aguas torrenciales por encima de 100 litros/m2 en una hora, y si fuésemos sensatos y se legislase para proteger al ciudadano todo plan urbanístico debiera tener en cuenta y prever estas lluvias torrenciales que tarde o temprano llegan.

Dicho esto, SXXI, tiempo de la informática y la IA, ¿qué sucedería en La Rioja ante una descargas de agua de estas características?  (Aparte de acusarse recíprocamente entre todos los partidos y todos los políticos culpando siempre al otro).  Pues sólo hay que echar un vistazo al mapa de zonas inundables de La Rioja y ver qué hay en los cauces de los ríos, tanto el Ebro como eje principal como sus siete afluentes Riojanos que descargan hacia el valle en unas horas todo el agua que cae en la Sierra.

No me cabe la menor duda que la CHE, Consejerías y Ayuntamientos están intentando poner un poco de orden en construcciones nuevas impidiendo incluso la construcción de muretes de vallado, pero si miramos en detalle el mapa tenemos los cauces de los ríos y sus zonas inundables llenas de viviendas, legales o no, que en caso de una riada simplemente se las llevará por delante sin compasión, no hace falta que salgáis de casa, con Google Maps podéis verlo cómodamente desde el sofá.

Los de la capital os lleváis la palma, el Aeropuerto está en zona inundable, todas las instalaciones del Adarraga, Las Norias, La Plaza de Toros, El pozo cubillas, la Portalada, la Hípica; como en Haro, Briñas, Briones, Calahorra, Alfaro… que también tienen mucho en zona inundable.

Presas y embalses, a pesar de que tengan detractores, desde mi punto de vista es la única forma de laminar crecidas y aprovechar los recursos hídricos; sólo le veo ventajas a poder acumular agua en grandes cantidades.

Dado lo aficionados que somos en llamar caseta de aperos a chalets, balsa de riego a las piscinas y suelo urbanizable a los cauces secos; me gustaría que técnicos, no políticos, me cuenten qué pasaría si tenemos una Dana así.

SENIOR RIOJANO

lunes, 21 de octubre de 2024

Nada es gratis


Corría el año 92 del siglo pasado cuando acompañé a mi primer jefe a la visita de un proveedor estratégico con un par de plantas en la Alsacia, a uno y otro lado del Rhin.  Aparte de las visitas profesionales fuimos muy gentilmente tratados; coche con chófer para los traslados, Hotel 5 estrellas y despedida en un restaurante estrella Michelín. Ya de vuelta para España en el avión le dije:

-          - ¡Qué bien nos han tratado que nos han invitado a todo!

Entre sorprendido y enojado me suelta:

-           - “No te engañes, todo esto lo he pagado yo, va incluido en cada factura de cada compra que hago”

-           - “Nada es gratis y siempre lo paga el mismo” -añadió-

Cada vez que los Gobiernos nos invitan a algo no puedo por menos que recordar esta anécdota.  Papá Estado nos subvenciona casi todo, acoge inmigrantes, vamos a la cabeza del mundo en derechos sociales, en breve semanas de 35 horas, damos más derechos a los animales que a muchas personas de este planeta, tenemos la clase política más amplia e ineficiente de Europa, mantenemos muchos chiringuitos ……. Pero amigo, nada es gratis.

Te puedes creer que todo esto lo pagan los superricos, y vivirás feliz, pero insisto, no te engañes, como dijo mi primer jefe: “Nada es gratis y siempre paga el mismo”, puedes pensar que no pagas en metálico pero abre los ojos y mira a tu alrededor.

Sanidad colapsada, faltan profesores, justicia lenta e injusta, administración pública con el perenne cartel de “vuelva Vd mañana”, ahogados en burocracia, tu dinero cada vez vale menos, tu poder adquisitivo ha bajado muchos puntos, problemas de vivienda, de educación, religiosos, se paran los trenes,  aumenta la delincuencia, las violaciones, los delitos de odio, los robos, la deuda del Estado es cada vez mayor.  Esta es la factura que estás pagando por cada regalo que te hace el Estado, no es en Euros, pero es en especie, con cada deterioro de los servicios que admites estás pagando tu factura.  Creo que no hay que ser muy lince para percatarse del deterioro de los pilares básicos de nuestra, convivencia.  Pocos sectores productivos no están financiados/subvencionados desde el Estado, peligro.

Piensa; más deuda y peores servicios básicos. Esa es tu factura indirecta. Que irás pagando mientras con tu dinero cada vez compras menos cosas básicas, vivienda y alimentación incluida. Cada vez eres más pobre y no te enteras. Pareciera que estamos en la cena de Trimalción aparentando lo que no somos.

Acabaremos viviendo como los caballeros del S.XVII, de las apariencias, pero con más hambre que Dios talento.

SENIOR RIOJANO

martes, 15 de octubre de 2024

El suicida de la grúa de Maristas

La casualidad y una cita con mi abogado tuvieron la culpa de que ayer presenciase a una pequeña multitud esperando que un hombre desesperado saltase desde lo alto de una grúa de construcción en lo que era el viejo colegio de Maristas de Logroño.

Llegué en coche, que es como llegamos los de los pueblos que no pasa ni tren, ni autobús ni avión que conecte con la capital, porque con la bici nos pilla un poco a desmano.  La cita era en Calvo Sotelo, calle peatonal, muy limpia, muy bonita y todo lo que quieras pero a los de la Sierra que nos cuesta pagar por aparcar no nos gusta tanto, eso de ir al Parking del Ayuntamiento y acercarte caminando unos minutos nos molesta bastante.  A lo que iba, al enfilar Avda Colón desde la nueva estación ya veo que está cortada por la policía Local a la altura de Jorge Vigón, vale, rodeo por Vara del Rey y al Parking.

Según me acerco caminando por Juan XXIII oigo alguna sirena, bomberos, protección Civil, ambulancia, más policía; y a una persona paseando por el brazo de la grúa a (s/medios) 50 metros de altura al final de Calvo Sotelo.  Amenaza/avisa que se va a arrojar al vacío, hostias, la escena es sumamente desagradable y tensa, una persona medianamente joven a punto de quitarse la vida ante la mirada de los transeúntes/curiosos.  Lo que sucede sobre la grúa y de cómo actúan los bomberos hasta que logran que el sujeto baje está en los diarios y telediarios regionales, así que aprovechando que el destino me puso allí mientras esperaba a mi cita, que se retrasó previo aviso telefónico una hora más, eché un vistazo y perfilé a los asistentes mientras me desplazaba discretamente entre ellos. Presté gran atención a los tan diferentes comportamientos de las personas ante una posible misma tragedia.

Muchos se acercaban con cierta sonrisa y curiosidad a preguntar el motivo del corte de calles y seguido de ver la situación, mirada al suelo, media vuelta y a casa con cara de circunstancias.  Otros observaban desde una cierta distancia la potencial tragedia, sin móvil, con la cara tensa, sufriendo en cierta medida por la desgracia pero no pudiendo separar la mirada de la grúa, esperando lo que parecía inevitable en ese sentimiento masoquista tan humano de dolor-placer.  En frente de Maristas hay una academia, la policía dio orden de que no saliesen los niños y que no entrasen a clase los que estaban detrás de la cinta de corte policial. Varias veces el policía Local de turno avisó a las familias de que sus hijos estaban bien y saldrían acompañados por los profesores cuando pasase todo, que querían evitar que viesen la desgracia si esta sucedía, a las familias que llegaban con los niños y se quedaban viendo el espectáculo varias veces les dijo “no hay clase, son niños, yo me los llevaría de aquí, por Dios, son niños, no soy su padre, por favor, yo a los míos me los llevaría”.  Otras personas fundían sus baterías grabando en vídeo, no se querían perder el momento estelar si este sucedía. Algún gracioso hacía videoconferencia para mostrar a los colegas lo que estaba viendo en riguroso directo. También había risas con comentarios despectivos sobre su posible salud mental, estado etílico o creencia religiosa. Otros se marchaban renegando por haber estado allí hora y media “para nada”. Una mujer de mediana edad sólo miraba con rictus marmoleo y corazón compungido, entre dientes rezaba con las manos cruzadas sobre el pecho y de vez en cuando besaba una cruz de plata que llevaba en su collar.  Los vecinos apenas se asomaban por las ventanas, solo alguna mirada de vez en cuando a través de las cortinas, a hurtadillas, no era obligatorio mirar, la gente avisaría con sus gritos si se precipitaba por fin al vacío.

Hoy ya nadie se acuerda del lado humano, de la persona dentro del cuerpo que ayer se paseaba por el brazo de la grúa no sé si desafiando o buscando la muerte. Pero hoy es el día, sí, hoy es el día de hacernos preguntas, de preguntar porqué, porqué y porqué. De saber si estamos dando los tratamientos y la atención adecuada a los enfermos mentales, si en el trabajo estamos estresando y presionando hasta la desesperación de tener que tomar ansiolíticos, tranquilizantes o antidepresivos para poder sobrevivir.  Hoy es el día de preguntarnos qué le llevó a subirse a la grúa y cuántos más hay en situaciones límite similares por problemas internos o externos.  Sólo los especialistas tienen datos fidedignos de suicidios o intentos de suicidio; es un tema demasiado serio para tomarlo a la ligera. Hacer fotos o videos para compartir por Whatsapp para alimentar el morbo o la estupidez humana no soluciona nada.

Dicen que no hay que legislar o tomar medidas en caliente, estoy en contra, hoy es el día de trabajar, de investigar de dedicar medios humanos y económicos en poner remedio a estas situaciones.  No te doy el dato, búscalo, investiga cuántos suicidios hay en España, la franja de edad y los motivos; busca, clasifica, prioriza y luego piensa dónde van tus impuestos.

Mi abogado vino, solucionamos nuestros temas y me fui a dormir al pueblo, en coche no en bici, con la boca seca y la cabeza caliente.

SENIOR RIOJANO

 

 

lunes, 7 de octubre de 2024

Quijotes de Casco Viejo


Cartel Agrupación Todo al Rojo - Foto:Óscar Solorzano

Cíclicamente aparecen por la sierra urbanitas que vienen a iniciar el idílico modo de vida rural tras haber estado durante toda su vida en una ciudad. No suelen durar más de dos inviernos que es el tiempo mínimo necesario para darse cuenta que no van a cambiar el mundo y que han venido a un ecosistema con reglas propias no escritas pero con bastante más peso que las normas legales.  No son capaces de entender lo que ya en el siglo IV decían los habitantes del Imperio: “Cuando vayas a Roma vive como un romano”.

Los primeros meses en un pueblo o aldea de los nuevos inquilinos son frenéticos, piden cajeros automáticos, mejora en las comunicaciones, nuevas antenas de telefonía, wifi gratis en todo el pueblo, nuevo centro de salud, colegio, centro social, biblioteca, les gusta crear alguna asociación de amigos para “dinamizar”; pero al mismo tiempo no paran de quejarse e incluso intermediar alguna denuncia contra vecinos por usar cámaras de vigilancia, asar chuletas en la calle, tener gallos que cantan al alba, dejar sueltos a los perros, gatos vacas y potros, hacer leña con motosierra el domingo por la mañana, por la matanza o prensar vino en vías públicas entre otras muchas cosas para las que seguramente existan leyes que respalden dichas denuncias.  Cada ecosistema es como es y pretender cambiarlo se me antoja entre complicado e imposible, por eso, con la inteligencia que Dios nos ha dado y toda la información existente debemos elegir con sumo cuidado el lugar donde queremos vivir y adaptarnos lo más rápido posible.

Esto viene a colación de las quejas diarias que los vecinos del casco viejo de Logroño inundan mi X (antiguo Twitter) con lamentos por meadas, ruidos, olor e inseguridad.  Me recuerdan mucho a esos urbanitas que mencionaba anteriormente apareciendo por la aldea queriendo cambiar nuestro hábitat con la ley en la mano, la razón y las multas a diestro y siniestro.  Pues sintiéndolo mucho por ellos (los unos y los otros) no creo que lo logren porque entre otras cosas son minoría, no le importan a nadie, generan cero euros de beneficio en metálico y el ecosistema ya era así antes de que ellos llegasen; en teoría, nada ha cambiado, nadie te ha engañado excepto tú a tí mismo.

Cuando pasas un paso de cebra tienes la ley de tu mano, pero te aconsejo que mires a los lados; con las quejas de los vecinos del casco antiguo pasa lo mismo, sí, tenéis la ley de vuestro lado pero ya es hora que aprendáis que la administración nunca pierde, tiene recursos ilimitados para pleitear hasta el infinito y más allá, sin entrar en que la Justicia tal vez tenga cierta predisposición hacia quien los pone y les paga el sueldo que hacia unos vecinos particulares con capacidad cero de presión.  Por eso, como en el paso de cebra, mejor mirar antes de pasar por si nos atropella un autobús urbano.

Ni me molestan los bares ni me molestan los vecinos y cada uno es libre de dedicar su tiempo, su esfuerzo y su dinero a defender lo que crea que debe de defender; faltaría más.  Cierto es que leo X y siento esa amargura de ver luchar a los vecinos cuando saben perfectamente que ganarán alguna batallita pero que la guerra la tienen perdida de antemano, no se puede luchar contra los elementos.

No entiendo quien viene al pueblo exigiendo colegio nuevo, ni entiendo quien busca un remanso de tranquilidad en el casco viejo.  Ambas posturas son respetables pero irreconciliables en sí mismas.  Si quieres bañarte cada día en el mar vete a vivir a la Costa, si quieres vivir entre hayas ven a la Sierra, y si quieres un hogar tranquilo dentro de Logroño mejor en la calle Calvo Sotelo que en la Plaza San Agustín.

Desde el pueblo os deseo lo mejor a todos los stakeholders del Casco Viejo: Vecinos, Asociaciones, Ayuntamiento, heladeros, AT, hoteles, pensiones, bares, restaurantes, ciclistas, peatones y trabajadores.

¡Fuerza a todos! Se os quiere.

SENIOR RIOJANO