martes, 13 de agosto de 2024

MÁS POLICIA REPRESORA

 


Siempre que puedo evito hacer comparaciones entre tiempos actuales y pasados, lo oí y odié tantas veces en mi juventud que me prometí no caer en los tópicos típicos de la genta mayor quejándose de la ruina de juventud que puebla el planeta, ya quedó documentado por el mismísimo Sócrates.  O sea, nada nuevo bajo el Sol, según los viejos del lugar nos vamos al carajo.  Evidentemente ni ningún tiempo pasado fue mejor ni la juventud de ahora difiere de tu juventud; son etapas que las personas vamos pasando y nos vamos amoldando/adaptando a los nuevos escenarios sociales donde nos debemos mover.  Ya sabemos que sobrevive quien más rápido se adapta,

Dicho esto, no deja de extrañarme sobremanera la demanda de muchos colectivos y vecinos de más presencia policial con el objetivo de hacer cumplir las normas y repartir sanciones como la Policía Armada repartía ostias en los 70.  No paro de leer en prensa y RRSS la exigencia principalmente a los Ayuntamientos de más policía represora, policía que mediante multas imponga normativas ¿?

La policía te da esa falsa sensación de seguridad que necesitas para salir a la calle cuando lo único que de verdad te protege es una sociedad sana, culta y adaptada.

Me quedo muy perplejo y desencantado con la situación.  A bote pronto recuerdo que se solicitan más agentes para multar:

-       Coches en doble fila.

-       Cagadas no recogidas de mascotas.

-       Rotura de mobiliario urbano.

-       Orinar en la calle (humanos, que los perros tienen barra libre)

-       Vigilar en las piscinas

-       Borrachos ruidosos a deshoras por las calles.

-       A los hosteleros por no depositar la basura en los contenedores, ni seleccionarla.

-       Terrazas en las calles.

-       Venta de alcohol a menores.

-       Asadores cerrados.

-       Peleas callejeras.

-       Evitar botellones en espacios públicos.

-       A maltratador de gatitos.

-       Más tests de Alcohol y drogas.

-       A los autobuses sin aire acondicionado.

-       ….

Con la multiculturalidad, el buenrrollismo y probablemente la edad estoy bastante descentrado, estoy en fuera de juego, ya no sé cómo actuar para ser un tipo “moderno” de nuestros tiempos; pensaba que las sociedades eran capaces de autogestionarse con cuatro normas y sentido común; me explico: Si llegas a una piscina y en la puerta tienes escritas una serie de normas, es tan sencillo como que si las vas a cumplir entras, y si no las quieres cumplir pues no entras. ¿Fácil, no?  Si aún así no lo has entendido por cuestiones de edad, las hormonas o que tus padres han sido “relajados” educándote; pues lo más normal es que el socorrista, vigilante o cualquier otro usuario te lo recrimine y te invite a marcharte.

Pero diablos!!!!! Llegó la estupidez humana para instalarse entre nosotros.  Ya nadie se atreve a decir a un musulmán, un gitano, un hindú o similar: Señor/Señora, soy el vigilante de la piscina y la norma dice que no se puede bañar vestido/a y que además debe pasar por la ducha.  Quien se atreva a decir semejante obviedad le dedicarán palabras como racista, xenófobo, facha, homofóbico o similares, se tendrá que defender en los tribunales y probablemente reciba amenazas o incluso agresión física.

Conclusión, que como tenemos tanto miedo a ser recriminados en público y debemos parecer políticamente correctos aquí no se complica la vida absolutamente nadie; descuelgo teléfono, llamada al encargado ( que evidentemente tampoco quiere saber nada) para confirmar que llame a la policía y que hagan lo que quieran, ya no es nuestro problema.  La policía, que evidentemente tampoco está por la labor de que les tachen de racistas, xenófobos, fachas, homofóbicos o similares porque les puede caer la del pulpo, pues pasarán de puntillitas por el asunto procurando capear el temporal y que pase pronto su turno que total las multas no las pagan y si llegan al Juez en pocas horas están otra vez en la calle haciendo lo mismo y con la lección aprendida de que no les pasa absolutamente nada.

La piscina es un ejemplo, pero aplícalo al ámbito que quieras, somos tan modernos y civilizados que sólo sabemos o llamar a la policía y grabar con el móvil para luego poner un anónimo en Twitter.

Y no, como decía al principio, no voy a caer en la tentación de comparar esta sociedad con la de nuestra juventud cuando había muy poca policía en la calle pero te caían ostias educativas por todos los lados, el cura, el maestro, la guardia civil, el vigilante, el sereno o la policía armada.  Siempre quisimos menos policía en la calle porque el sentimiento era de policía represora/sancionadora, en cambio ahora estamos deseando llenar las calles de agente multando, no entiendo nada.

Como decía, no te multaban, no hacía falta; un ejemplo que suelo contar en las cenas con gente más joven, yo aprendí a no orinar borracho entre dos coches de un porrazo, sí de un porrazo sorpresivo por la espalda, plano y seco, cruzado, con marca y dolor de una semana desde la parte superior del hombro izquierdo hasta el riñón derecho y la humillación de haberlo recibido en público.  Doy Fe que no lo he vuelto a hacer y que incluso en el campo antes de mear me entra un escalofrío y miro a mi espalda antes de sacármela.

SENIOR RIOJANO

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