Que los agricultores y ganaderos salgan a protestar con sus
tractores ahora no quiere decir que antes no había crisis ni que en el futuro
no la habrá. El campo Riojano y Español está herido de muerte desde hace muchos
años, una muerte asistida, subvencionada, lenta y agónica pero segura.
Agricultura y ganadería son sectores en permanente
reconversión hacia ningún sitio desde que somos europeos y Bruselas dicta qué
puedes producir, qué cantidad y en qué condiciones. Todavía recuerdo recién entrados en Europa aquellos
famosos cupos de leche que arruinaron el sector, y a partir de ahí, a cambio de
dinero nos han ido teledirigiendo hacia el abismo.
Llevo años escuchando a todos mis amigos agricultores y
ganaderos que sobreviven por “la subvención” que sino toda su actividad sería
deficitaria, y llevo años diciéndoles que eso es una burbuja insostenible en el
tiempo, a no ser que pertenezcas a un organismo público en que da igual estar
en pérdidas o ganancias, si en tu explotación no ganas más de lo que gastas y
esa diferencia te la cubre el Estado, date por jodido.
Poco o nada nuevo puedo añadir a la situación, sólo ser espectador
de cómo “el granero de Europa” se muere por culpa de unas normas injustas
creadas por políticos que conocen la agricultura y la ganadería por los documentales
de la televisión. No puede ser que asfixiemos
un sector atándole de pies y manos y pedirle que debe competir contra productos
dopados de fuera de Europa.
Y de esta situación llego a dos conclusiones:
1.- Las normas estrictas de Europa favorecen a las grandes
multinacionales de la producción agrícola y ganadera. A estas corporaciones igual les da producir
en España, en Etiopía o en China; producen allí por costos, burocracia,
impuestos y leyes medioambientales. Y de
esta forma todo pequeño productor ya está fuera del mercado. El pez grande se ha comido al pequeño con la
connivencia de nuestros políticos.
2.- La casi exclusiva forma de vida en un pueblo es ésta,
agricultura y ganadería; si añadimos que el sector del vino está en plena
reconversión y los pequeños viticultores abandonando las explotaciones; pues la
tormenta perfecta con epicentro en el mundo rural se acerca de nuevo para
barrer una vez más a la población de los núcleos rurales hacia la capital y la
paguita.
Como corolario y final de este desahogo me pregunto si
nuestros políticos, principalmente los europeos, hacen estas leyes tan lesivas
gratis o los lobbies de la alimentación mundial están por rondando por ahí.
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