martes, 20 de febrero de 2024

EUTANASIA AL CAMPO

Foto: Fernando Díaz en @nuevecuatrouno

Asistimos al canto del cisne de la vida rural.  Se acabó, esto no da para más. C’est la vie. La suerte está echada.

Si dejamos aparte el Romanticismo y la Épica de las movilizaciones y nos enfocamos en analizar el problema para buscar posibles soluciones, rápidamente somos conscientes que no hay nada que hacer mas que rendirse a las evidencias.

Estamos asistiendo a la última reestructuración del sector, a su profesionalización definitiva y a la muerte de las pequeñas explotaciones.  Con las últimas leyes ya no son explotaciones familiares, son empresas, con normas y leyes que cumplir; si te cuadran los números eres empresario, si no te cuadran estás fuera.

Agricultura y Ganadería llevan décadas agonizando, sobreviviendo de acortar márgenes, de subvenciones, de préstamos, de simultanear con otra actividad, de ayuda de la familia, de trampear; alargando la agonía siempre pensando que el próximo año lloverá más y los pastos serían más verdes y abundantes.

Si analizamos otras reestructuraciones de otros sectores en España, el proceso siempre el mismo, nos autoimponemos normas y leyes (muy nobles todas ellas) que debemos de cumplir escrupulosamente y abrimos la puerta de atrás a las deslocalizaciones y las importaciones de terceros países, que vamos a decirlo suavemente, “con otras normas”.

¿Qué sucedería si el campo español dejase de producir? Pues nada. En este mundo global, nada; así de simple y así de cruel, absolutamente nada. España no produce petróleo, ni gas, ni manganeso, níquel o cobalto, ni tenemos aluminio, ni estaño.  ¿y qué sucede? Pues nada, hay un mercado global al que tenemos que acceder para abastecernos.  Con la alimentación es lo mismo, tenemos todo el norte de África esperando para alimentarnos y toda Sudamérica para mandarnos carne a precios más baratos de los que cualquier agricultor te puede ofrecer.  Le podemos llamar competencia desleal, burocracia, abuso, injusticia,… no sé, ponle el calificativo que quieras pero el hecho es que tú tienes que cumplir estrictas normas sociales, éticas, burocráticas, impositivas y medioambientales y tu competidor no.

Como en toda reconversión todos tienen/tenemos, nuestra parte de culpa. A los políticos que hacen las leyes les hemos elegido nosotros, ser super-ecologistas también, mirar a otro lado cuando compramos productos fruto de la explotación en países del tercer mundo también. El agricultor también tiene su parte de culpa, derrocha agua, contamina, no ha modernizado su explotación, su visión siempre cortoplacista, librar el culo año a año.  El Consumidor consume por precio, puede acompañar en las protestas y sacar banderas y tal y tal, pero luego en el Súper compra por precio, y si las naranjas vienen de China y los espárragos de Perú, pues da igual, que espabilen los de aquí.

Y volviendo al principio, con más nostalgia que pena, esto se acaba, el mundo rural desaparece; ya pasó en las tierras altas de los Cameros, pueblos abandonados porque no había forma de subsistir, esto es un nuevo empujón a abandonar los pueblos.

Tal vez nos quede por ver alguna medida que alargue la agonía como una moratoria en la implantación de las normas, alguna subvención, promesas huecas, cosecha en verde, algún arancel o similares; medidas inútiles al fin y al cabo.  La señal de que este es el fin es el apoyo unánime de todos los partidos políticos, sindicatos, agentes sociales y ciudadanos; como dicen en fútbol, entrenador confirmado entrenador cesado.

Pero ojo: ¿Quién se beneficia de todo esto? Pues como siempre, el más listo, el que no sale en las manifestaciones, el que nunca se decanta por un partido político, al que nunca se le ve; el profesional, los lobbies de alimentación a nivel mundial.  Ellos son la mano que maneja los hilos de todo esto.

Tienes vena de emprendedor, dispones de 10 millones de Euros para invertir.

- ¿Elegirías España como el mejor lugar para montar una explotación agrícola o ganadera?

Ya he visto varias reconversiones, sintiéndolo mucho esta es otra más. El grande se hará más grande y lo comprará una multinacional, el pequeño se hará más pequeño y cambiará de sector, y el consumidor se olvidará del origen de lo que come y comprará lo más barato que pueda. Nada nuevo bajo el Sol.

Senior Riojano

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