Hoy es el día del libro, en catalán Sant Jordi, libros, rosas e independencia; en castellano: San Jorge, Cervantes y libros, sin más. Antes de salir a la calle para cumplir con la tradición de comprar algunos libros con un pequeño descuento pues he querido decirle al viento un par de cosas.
El sector se está
reconvirtiendo a velocidad de vértigo, las grandes editoriales y las vacas
sagradas de las letras están perdiendo posiciones. Hasta no hace muchos años el mercado giraba
en torno a dos o tres mayoristas que elegían a dedo que publicaban y que no y
cuáles eran los elegidos para lanzar al estrellato, apostando siempre a caballo
ganador y dejando en la cuneta buenos autores menos rentables que los
otros. Un negocio, Su negocio, sin más.
Pero esto ha cambiado,
hoy en día cualquiera puede publicar casi gratis y poner en el mercado una
serie limitada de libros para probar fortuna.
El pastel se ha repartido en infinitos trozos. Si tienes un poco de afición por leer o
escribir busca un poco, te sorprenderá los cientos de concursos literarios que
tenemos en España, de todo, desde microrelato a novela histórica, casi en cada
pueblo o ciudad existe uno o dos concursos al año donde los noveles pueden
probar suerte, evidentemente no para hacerse rico, o vivir de ello, pero sí es
la excusa perfecta para mandar a concurso tus pequeños tesoros. En cuanto a
autores hay más que nunca, o tal vez es que tengamos acceso más sencillo que
nunca; si buceas un poco entre autores noveles puedes encontrar verdaderos
artistas de la tecla, contadores de historias extraordinarios, casi gratis.
Esta situación era
impensable hace años cuando publicar estaba reservado a cuatro
privilegiados. Pues bien, lo que las
grandes editoriales llaman “crisis” creo que se ha convertido en el mejor
momento para escribir y/o leer, nunca había sido tan fácil. Y no creo que se haya perdido el gusto por la
lectura, por el contrario creo que cada uno tiene mayor posibilidad de elegir
lo que lee. Veo cada vez más en aviones,
trenes, paradas de autobús a personas jóvenes con algún libro de papel entre
las manos, no pierdo la esperanza de ver personas con los conocimientos
suficientes que les den la capacidad de pensar por sí mismos.
Y nada más, a disfrutar
de este precioso día de primavera; con rosa, o sin ella.
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