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fuente: nuevecuatrouno.com |
Lo resume en una frase la Alcaldesa de Alfaro: “no se puede
hacer nada”.
La guardia civil
los ha identificado, las cámaras de seguridad han grabado sus fechorías y las
únicas consecuencias es que les han cortado la fiesta y llevado a casa con sus
padres mientras la dirección del centro, alumnos, padres de alumnos, profesores
y vecinos de Alfaro se les queda cara como de descubrir en ese preciso instante
que vivimos en una peli de los Monty Phyton. La lectura que hago es que si
tienen entre 10 y 12 años todavía tienen por delante entre 2 y 4 años para cada
fin de semana destrozar otros centros y cuando se aburran llamar a la Guardia
Civil para que los lleven a casa a merendar.
Y ya está, se
acabó, llevo una semana esperando alguna reacción de los padres asumiendo algo
de responsabilidad, mostrando su pena, deseando reparar los destrozos,
anunciando severos castigos para los críos,… no sé, dando la cara por sus
hijos, diciendo algo. Pues semana perdida.
El ronroneo me
llega de comparar las obligaciones que tienes con tus hijos y las que tienes
con tus perros. Tener un perro, entre
otras muchísimas cosas, la ley te obliga tenerlo identificado por microchip,
desparasitado, vacunado, documentado, asegurado, no tenerlo atado, sacarlo a
pasear, no maltratarlo, no matarlo, alimentarlo, tenerlo limpio etc, etc; el
propietario es el responsable primero y último de todo lo que acurra o haga
ocurrir el perro. Incluso tiene que
pasar pruebas psicológicas y de aptitud para la tenencia de PPP (perros potencialmente
peligrosos)
Por contra tener
un hijo es mucho más sencillo, cualquier desgarramantas puede engendrar una
vida, aquí no hace falta licencia ni examen, todos valemos. Puedes negarte a
vacunarlo, puedes tenerlo en casa sin sacarlo a la calle, puedes no llevarlo al
médico, no te hace falta seguro de responsabilidad civil por si rompe algo; no
tienes ninguna responsabilidad legal ni con él ni con sus acciones. Hasta los 14 años son inimputables, y hasta
que se van de casa el Estado (ósea, todos los demás, incluidos los dueños de
los perros) te los mantiene con guarderías, colegios y ayudas económicas varias
a cambio de nada, es decir, tenemos la obligación de ayudarte en la crianza de
tu hijo pero tu no tienes ninguna responsabilidad sobre él. Si uno de mis perros rompe los tiestos a la vecina
tengo obligación de pagarlos y hacerme cargo del desperfecto, pero si uno de
mis hijos prende fuego a la casa de la vecina con ellos dentro en cambio me
puedo ir a dormir tranquilo que no tengo ninguna responsabilidad. Algo se escapa a mi entendimiento.
Leía hace años sobre
niños sicarios en Sudamérica, chavales de entre 10 y 14 años que eran
contratados por muy poco dinero para matar, esta misma semana leo una vez más
que ya hay niños-sicarios en el norte de Europa que se saben blindados ante
cualquier delito por lo que bandas y delincuentes recurren a ellos como mano
ejecutora de la acción.
Con estos datos en la mano llego a dos conclusiones:
1.- Somos gilipollas.
2.- No entiendo cómo tenemos más mascotas que niños, no se han dado cuenta que es más engorroso tener un perro que tener un hijo; o un abuelo.
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