Esta semana Pablo Hermosos de Mendoza, ha abandonado la
política activa como portavoz y como concejal de la oposición; nefasta noticia
para los Logroñeses. No se ha aferrado a
un sillón, ni a un carguito, ni a un sueldo; le han “sugerido” que ya no tenía
la confianza de la Jefa y en vez de arrastrarse y comulgar con ruedas de molino
ha decidido plegar velas y decir “hasta aquí he llegado, que os vaya bonito”.
No soy vecino de Logroño, ni voto en Logroño, pero sigo con
gusto todo los relacionado con la Capital; lo mejor y lo peor de La Rioja es
que nos conocemos todos y no podemos ni disimular ni escondernos, cada uno es
como es y cada cuál es cada cuál con su historia particular. Conrado y Pablo son el Barça-Madrid de La
Rioja, dos tipos bien plantados, preparados, honestos, con ideas claras,
respetuosos y con capacidad de hacer, que en unas elecciones gane uno u otro
depende más del clima reinante del entorno que de acciones puntuales. Conrado tuvo que sufrir en sus carnes el feo
de su partido de hacer encuestas de popularidad antes de ser el candidato
oficial, como si su trayectoria no le importase a nadie y la elección de
candidato se redujese a la cuota de share como en un reality independientemente
de su preparación; Pablo aparcó su trayectoria profesional para dedicar su tiempo,
experiencia y conocimiento a los Logroñeses y por ende a su partido.
Uno ha hecho grande al otro y viceversa, se han retroalimentado
y obligado a sacar lo mejor de cada uno para intentar ser todavía mejor que su
oponente. Las últimas elecciones colocaron
a Conrado como alcalde y a Pablo como Jefe de la oposición. Conociendo a ambos, hasta el último minuto he
soñado con la remota posibilidad de que uniesen esfuerzos, que no ideas
políticas. Logroño, capital de La Rioja,
y por ende el municipio más importante de la Región, no necesita ideologías,
necesita gestores; en los servicios básicos como agua, saneamiento,
iluminación, urbanismo, policía o seguridad, necesitamos buenos gestores no
palmeros de sus partidos con sede en Madrid, el agua que sale del grifo no es
de derechas ni de izquierdas, es agua. Pues lo dicho, dado el talante de los dos soñé con la posibilidad de
que se sentasen por las tardes a tomar café y entre los dos dibujasen un
Logroño a quince o veinte años vista.
Ambos son buenas personas, ambos desean lo mejor para la ciudad, ambos
son capaces de encontrar puntos en común y trazar un plan a medio-largo plazo
que no dependa de los vaivenes de los partidos.
Vive Dios que lo esperaba de verdad, Conrado es un superviviente de la
política, ha sabido torear en plazas complicadas, tiene cintura, sabe moverse
en el ruedo, le gustaría acabar como Alcalde más como orgullo que como
necesidad; Pablo es buena persona, es listo, preparado, muy decidido con sus
ideas, sin miedo a hacer lo que estima oportuno porque no tiene nada que perder
con la política. Me parecían el tándem
perfecto, seguro que hubiesen encontrado soluciones compartidas a problemas
enquistados como lo de Bosonit, carriles bici, polígonos, policía, nuevas
urbanizaciones, casco antiguo, hostelería, ruido y ampliación de la capital.
El primer perjudicado que Pablo Hermoso se vaya a casa es
Conrado Escobar, el nivel baja sustancialmente al quedarse sin un oponente de
calidad, le han puesto a un sobrero dócil para dar cabezadas que entretenga a
los incondicionales retirando a los corrales al Miura de verdad.
Sin perder el objetivo final que se presupone el mismo para
todo candidato a ser Alcalde, las opiniones diferentes bien entendidas son
constructivas, cuanto mejor sea la idea de tu oponente más te debes exigir a ti
mismo para construir una idea mejor; si tu oponente se centra en una farola
fundida, o en una papelera, o el color de la señalítica, o el nombre de las
calles; dicho de otro modo, que si tu oposición se basa en chorradas, lejos de auto
obligarte a progresar te quedarás inconscientemente estancado en la
mediocridad.
SENIOR RIOJANO
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