Mi medio de vida tiene mucho que ver con la Organización de
las Organizaciones; lejos de las modas pasajeras de las Escuelas de Negocios
donde cíclicamente cambian de opinión defendiendo dependiendo de la temporada
unas veces estructuras piramidales, lineales, horizontales, matriciales, por
equipos, multidisciplinares, por Comités, etc, etc; siempre, y por encima de
todas las cosas, la propiedad del capital es la que decide quién y cómo quiere
que gestionen su inversión. Evidentemente,
el que se juega su dinero es el que tiene la sartén por el mango y el que pega
los sartenazos, para bien o para mal; pero lo que está en el mundo empresarial
muy claro es quién manda. Sin ambigüedad
y con determinación.
Por deformación profesional y a modo de espectador siempre
que puedo procuro ver, y entender, cómo están las organizaciones que veo
jerarquizadas y saber quién está al mando, saber quién tiene la última palabra en
cada decisión que se vaya a tomar.
En cambio con los partidos políticos no lo tengo del todo
claro, o tal vez sí pero me niego internamente a confirmar las evidencias.
¿Quién está al mando en un partido político? ¿Quién tiene el
bastón de mando? ¿Quién decide?
Debemos presuponer que un partido político es la base de la
democracia, sobre el papel son organizaciones políticas con uno principios,
unos ideales, unos estatutos y una organización vertical abajo-arriba, es
decir, la masa de afiliados tiene el derecho y la obligación de elegir
libremente a sus representantes y de definir la línea a seguir del partido ( o
al menos yo así lo entiendo ). Por el
contrario, la realidad me dice justamente lo contrario, que un partido político
tiene una jerarquía piramidal lineal arriba-abajo, sólo unos pocos dirigentes
deciden qué se hace, cómo se hace y cuando se hace mientras la masa de
afiliados aplaude y vitorea cualquier decisión sin participar activamente en
ninguna de ellas. Es más, lo mismo defienden una postura que la contraria en
cuestión de horas; y esos cambios en una persona digamos “normal” poco menos
que le descolocaría su cabeza y le haría replantearse mucho cuál es su papel
dentro de esa organización a la que con uñas y dientes defiende.
En La Rioja, que es mi hábitat y en donde nos conocemos
todos, tenemos señales de esta jerarquía lineal arriba-abajo constantemente en
todos los partidos. Son sucursales de
las órdenes que vienen de Madrid o vete a saber de dónde. Tenemos mala memoria cuando queremos pero
siendo objetivos con la historia y sin mirar excesivamente atrás los casos que
hemos vivido en todos los partidos a un afiliado de base le tiene que romper la
cabeza. Nuestro presidente Sr. Capellán
fue elegido en su partido a dedo, vete Vd a saber por quién, pasando por encima
de cualquier elección democrática de las bases y menospreciando otras
candidaturas; la Sra Romero fue puesta de la misma forma creando un cisma
dentro de Podemos, Diputados y Senadores que mandamos a Madrid de ambos
partidos son elegidos también a dedo, nadie de las bases ni los elige ni cuestiona nada; alguien, decide
premiar a alguien y le mandan a la Capital del Reino a aplaudir lo que allí le
manden aplaudir; pero me sigue resultando cuando menos curioso que todos esos
afiliados siguen aplaudiendo con las orejas cualquier decisión que tomen a sus
espaldas; les invitan a un Congreso cada 4 ó 5 años, presentan un único
candidato, los allí presentes lo ratifican con el 98% de los votos (el otro 2%
son los que se equivocan al votar) y todos tan contentos.
La última de esta semana es la cama que le quieren hacer a
Hermoso de Mendoza, anterior alcalde de Logroño, que por lo tanto debiera de
ser un peso pesado dentro de la organización de su partido. Me deja perplejo. Tanto Concha Andreu como él fueron perdedores
sin duda alguna de las pasadas elecciones autonómicas y locales, pero una es
premiada junto con sus amigas y el otro, por capricho de no sé quién, debe ser
defenestrado mientras los afiliados de Logroño los cuales particularmente
entiendo son los que debieran decidir sobre quiénes quieren que les represente
no dicen ni pío. Todo apunta a que quien
manda decidirá y las bases del partido, una vez más, seguirán aplaudiendo cual norcoreanos.
A todos nos parece una barbaridad que porteros de puti-club sean
parte del Consejo de Administración de una Empresa Pública del tamaño e
importancia de Renfe, a todos nos parece descabellado que los asesores sean
elegidos a dedo colocando generalmente amigos de partido, o personales o gente
sin ninguna preparación, a todos nos parece una locura que además lo defiendan
a capa y espada diciendo que “lo normal” es que estos asesores formen parte de
los Consejos de Administración de todas las empresas públicas del Estado; todo
esto visto de fuera es una barbaridad, pero ¿y desde dentro? ¿qué dicen los
afiliados de base? Aquí en la Rioja que todos nos conocemos, cuando se juntan
en las sedes, o coinciden en el bar, ¿no hablan de estas cosas? No hay ningún
afiliado que le diga a su representante político: Oye, eres un sinvergüenza, le
has dado un cargo de confianza a un inútil cuando tenemos talento preparado de
sobra.
Y volviendo al inicio de la reflexión, entonces ¿quién manda
en los partidos?
Si nos fijamos bien y miramos quienes son los que siempre
ganan gobiernen unos u otros me pregunto: ¿Tienen todos los partidos el mismo
Jefe y simplemente nos dan entretenimiento y migajas?
SENIOR RIOJANO
No hay comentarios:
Publicar un comentario