miércoles, 30 de julio de 2025

Vandalismo en Logroño


No, el político no es el responsable de todo ni el culpable de todo.

Al hilo de los últimos desmanes en el Casco Viejo de Logroño que leo últimamente, los partidos de la oposición han sacado a sus palmeros a hacer ruido para revolver el río al estilo Oscar Puente para ver si se puede pescar alguna pieza en condiciones. Toca pedir la cabeza, no sin cierta desgana, del alcalde como responsable máximo de los disturbios producidos.  Acaba de contestar el Ayto señalando que son hechos puntuales y/o aislados, que hasta me extraña que no culpen a grupos organizados de la izquierda y la ultraizquierda que con premeditación y alevosía originaron el caos con el único objetivo de desgastar el gobierno municipal de la derecha y la ultraderecha (por omisión, pero en el mismo saco).

La verdad que ambos, derechas e izquierdas, están un poco lentos de movimientos, se han acostumbrado a recibir el argumentario desde Madrid que cuando se trata de temas locales (y mira que en teoría es su único trabajo y objetivo) andan como descabezados, sin saber qué hacer y con miedo a abrir la boca por si reciben un zapatillazo de los que mandan en la cuadrilla por salirse de la línea oficial y ven truncado su medio de vida.

Pero el caso no es este, que lo de buscar entre la basura del oponente olvidando el verdadero cometido ya es rutina en política; precisamente lo que realmente me preocupa es que nos creamos que el político de turno es el culpable de cualquier cosa que suceda; no señores, no lo compro, ni de un partido ni de otro, el primer y último culpable y por lo tanto responsable es quien lo hace, todo lo demás es querer aprovechar en beneficio propio una desgracia o hecho delictivo; es una salida fácil, es una bajeza, es ser muy poco profesional, es populismo en estado puro.

Sois tan dañinos y con tan poco conocimiento que empiezo a sentir empatía con los gobernantes, tiene que ser complicado soplar y sorber a la vez mientras sonríes para que nadie se moleste.  Si sacas las fuerzas del orden a dar ostias, mal, si no las sacas peor; si prohíbes las celebraciones recortas libertades, si las permites eres culpable; si pones terrazas serás cómplice del turismo descontrolado, si no las pones están matando la ciudad; si promocionas beber alcohol también mal, si no lo haces no promocionas el sector del vino,…. Dar gusto a todos es imposible, pero que tengas a compañeros concejales que se supone trabajan para solucionar los problemas de los vecinos esperando que pase cualquier cosa para culpar al alcalde, pues me toca los huevos independientemente de si manda uno u otro partido.  Cualquier cosa es motivo de inundar las redes con el mismo mensaje sesgado de mierda: se lleva el viento el saco de una papelera, se cagan los perros en la vía pública, se funde una farola, se cae un árbol, se rompe una tubería, se estropea un autobús, atropellan a un ciclista, …. ¿Todo merece la dimisión del alcalde? Pues evidentemente no, todo eso merece una visión más profesional de personas objetivas con datos en la mano.

Que tenemos un problema de vandalismo es evidente, que se deben tomar medidas, también, pero que culpar a los políticos es desviar la atención de los verdaderos culpables no me lo puede negar nadie.  Porque detrás de los actos hay personas y precisamente en pleno siglo XXI es muy difícil esconderse, por lo que la primera medida es identificar a los culpables, y luego, todo lo demás.

Cómo me gustaría que los concejales profesionales hiciesen su trabajo, tuviesen amplitud de miras y supiesen valorar las situaciones objetivamente no por ramalazos sin ton ni son o porque así lo mandan los fontaneros de Madrid, acusando de todo al máximo rival político que generalmente no es el máximo responsable civil subsidiario de todo.  Ver a un concejal profesional (de los que cobran por serlo) poner una foto con una papelera llena diciendo que Logroño está hecho una mierda por culpa de su alcalde y debe dimitir; pues lo tengo claro: “lo que Juan dice de Pedro, dice más de Juan que de Pedro”

SENIOR RIOJANO