domingo, 8 de octubre de 2017

MICROCUENTO

 
Cuenta la tradición que la boda se celebró en un pueblo cerca de Haro, La Rioja.  La feliz pareja invitó a todos los habitantes de la comarca, la celebración se recordaría durante muchos años.  Gustosamente los amigos, vecinos y familiares quisieron participar del evento, y cada uno de ellos ofreció ser el suministrador de vino para el banquete dado que como es habitual cada elaborador de vino considera que el suyo es el mejor.
No hubiese sido un problema en cualquier otro lugar, pero el vino en La Rioja es algo muy serio con lo que se admiten pocas bromas.  Los novios encontraron una solución, pedirían a cada invitado que llevase una botella de su vino, la arrojasen dentro de una gran barrica de madera y de esta forma todos aportarían su mejor vino y todos compartirían el vino de todos.
En el banquete sólo se bebió agua cristalina, "¿quién notaría una botella de agua en semejante barrica?". Nadie lanzó una piedra porque nadie estaba libre de pecado.
Moraleja: No te escondas, tus hechos también cuentan.
Senior Riojano

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